martes, 7 de junio de 2011
Antecima punta las olas, Punta Custodia
Goriz, Punta las olas, Soun de ramond, Perdido, Goriz
4/6/2011 Ángel Cob, Antonio Cuesta, Iñaki, Koldo
Este era el proyecto para está jornada, pero las inclemencias nos obligaron a cambiarlo
Se suele considerar al francés Louis-François Ramond de Carbonnières (1755-1827) como el padre del pirineísmo. Asimismo, si el Mont-Blanc fue el emblema en la historia del alpinismo, el Monte Perdido fue su equivalente en la del pirineísmo. Naturalista, escritor y primer pirineísta, Ramond conoció los Alpes en 1777 y comenzó sus incursiones en los Pirineos en 1787. En 1796 exploró el Tucarroya, y en 1802 ascendió al Monte Perdido, del que dijo que era "la más bella de las montañas calizas".
En 1802, el geólogo Cordier y el guía Barrau, otro de los personajes emblemáticos en los primeros grandes pasos del pirineísmo, intentan el ascenso de la Madaleta con fines científicos, pero sólo llegan hasta la cresta. Finalmente, en 1817, Barrau y Parrot logran coronar la cumbre de la Madaleta. Destacan, por otra parte, los relatos de Arbanère, en 1828, sobre Ordesa, Añisclo, Pineta y el sur de los Montes Malditos.
En 1823 se publica el tratado de geognosia del Pirineo de Charpentier, y Coraboeuf dirige una nueva campaña geográfica. Peytier y Hossard llevan a cabo, por su parte, numerosas ascenciones, entre las que destacan el Pallar y el Balaitus, cuya primera data de 1825. El guía más representativo de esta etapa, junto a Barrau, es Cazaux, quien estableció la primera vía de ascensión al Vignemale en 1838. Esta es también la época en la que comienza a acercarse al Pirineo un nuevo perfil de pirineísta. Personajes de la nobleza y de las clases sociales más privilegiadas de la Europa de entonces toman el relevo a las expediciones con finalidades científicas. La fama, el prestigio social y la necesidad de ocupar el tiempo libre por parte de esas clases privilegiadas constituyen sus principales motivaciones. Conocidos ejemplos son los de Franqueville y Tchihatcheff, que alcanzan la cumbre del Aneto en 1842.
Posteriormente, Packe elabora la primera guía de los Pirineos a partir de sus exploraciones iniciadas en 1853. Le sigue de cerca el afamado conde Russell, conocido como "el águila del Pirineo", que se dedicó a ascender las cumbres de más de tres mil metros de altura (tres miles) de los Pirineos durante años. Su pasión por las montañas de la cordillera, le llevó a formar parte de la fundación de la primera sociedad pirineísta en 1864. Destacan también Wallon, que recorre y cartografía el alto Pirineo durante la década de 1870, y Tissandier en la de 1880. Asimismo, entre 1866 y 1924 Schrader lleva a cabo una inestimable tarea de documentación sobre la cordillera. Se suman en esta época los trabajos de Saint-Saud y Briet, entre otros.
Por otra parte, Monts, Passet y Salle abren la vía de la cara norte del Monte Perdido en 1888, dando paso de esta forma a una nueva de pirineísmo que se plantea nuevos retos con una orientación más deportiva. Destacan también las hazañas de Latour, que abrió la normal del Balaitous. A partir de este momento, con el cambio de siglo, se observa que el pirineísmo se encuentra ya consolidado y arraigado. proliferan los trabajos científicos y las instituciones, y la publicación del primer compendio sobre el pirineísmo, a cargo de Beraldi, da buena cuenta de ello.
10 de agosto de 1802
Los terrenos colgados de la Faja de la Tormosa llevan a Ramond, en compañía de sus dos guías, al collado de Añisclo. Bajo la Punta de las Olas, bordean por la cara norte el pico de Añisclo. Grietas y neveros dificultan el tramo final, subida que se culminará con éxito para los caminantes en el Monte Perdido a las once y cuarto de la mañana del 10 de agosto de 1802. El barómetro de Louis Ramond registra con mucha precisión 3.354 metros de altitud. Desde lo alto, contempla al sur un valle glaciar que quiere conocer en una futura ocasión: el Ordesa, recorrido por el río Arazas.
Una Frase de Ramond
"A las once y cuarto coroné la cumbre del Monte Perdido, y tuve el gozo de ver por fin todos los Pirineos a mis pies. Luchábamos nosotros mismos con esfuerzo contra aquel viento impetuoso al que un águila vencía con facilidad, y que nos hacía experimentar un frío considerable. Quizá no haga falta buscar por otro lado el secreto del entusiasmo que aflora en los relatos de cuantos se han visto elevados por encima de las altitudes ordinarias. Si es que no conviene conceder también algo al imperio de los parajes, de la majestad del espectáculo, a la emoción que provocan visiones tan imponentes y tan nuevas cuando, en soledad, sobre estas cimas que son los auténticos extremos de la Tierra, el observador, incitado al recogimiento por la grandeza del paisaje y el silencio de la Naturaleza, contempla sobre su testa la inmensidad del espacio, y a sus pies la hondura de los tiempos."
Una Flor y una montaña llevan su nombre
Ramonda de los pirineos
Conocida popularmente como "oreja de oso", la ramonda de los Pirineos lleva el nombre latino del ilustre pirineísta: Ramonda myconi.
Esta planta, considerada como un fósil viviente, propio de los climas tropicales del Terciario, aparece en peñascos calizos muy sombríos y húmedos, así como en el interior de los bosques frescos. Si miramos el envés de sus hojas sabremos el porqué de su nombre popular: son de color marrón, rugosas y muy peludas. En los meses de mayo, junio y julio despliega sus flores de cinco lóbulos morados, que inconscientemente traen a la memoria la imagen de las caseras y familiares violetas africanas, procedentes de las montañas del Kilimanjaro.
Soum de Ramond
Montaña de 3.259 metros de altitud. También llamada pico Añisclo. Junto con el Cilindro de Marboré y el Monte Perdido forman el conjunto montañoso denominado desde antiguo en la comarca del Sobrarbe como "Tres Sorores" o "Treserols", en virtud a una leyenda popular.
El nombre de Soum Ramond se lo puso el pirineísta Scharder en el año 1930 en memoria del barón de Carbonnières.
La reedición de un clásico del Pirineismo
El Organismo Autónomo Parques Nacionales ha editado en el año 2002 las obras de Louis Ramond de Carbonnières, "Viajes al Monte Perdido", que fueron redactadas entre los años 1801 y 1804 con motivo de sus periplos naturalistas e intentos por coronar la cumbre de este impresionante macizo de roca caliza.
6h. Suena el despertador, por fin dormimos más de las cinco, desayunamos café con leche y pan con mantequilla y mermelada
6,45h Iniciamos la marcha siguiendo las marcas rojas y blancas del GR11, el sendero se dirige SE va llaneando por una ancha ladera herbosa hacia el Collado Superior de Goriz o Collata de Arrablo
7,16h. Pasamos por el Collado Superior de Goriz, aquí hay una bifurcación, el de la derecha desciende por el Barranco de la Font Blanca, nosotros continuamos por el de la izquierda el cual asciende por una ladera pedregosa dirección ENE
7,37h 2490mts. Cruzamos un arroyo la única ocasión que tendremos de reponer el agua de las cantimploras, el sendero continúa dirección SE ascendiendo por una pedriza para superar un resalte rocoso
8,06h 2690mts. Nos situamos bajo la muralla de Punta de las Olas, el camino continua dirección SE por una estrecha repisa bordeando la muralla
8,19. Llegamos a una entalladura en la pared, nos dirigimos hacia ella ascendiendo por la inclinada pedriza, después de pasar la escotadura, el camino continua ascendiendo en zigzag por una inclinada ladera pedregosa. Que hoy está recién nevada
Luego el camino continúa por una larga e inclinada pedriza cubierta de nieve que da acceso a la antecima
9,38H. Antecima donde arrecia la ventisca y nos hace desistir de nuestra empresa, (siempre estamos a merced de las inclemencias meteorológicas)
Gravamos el ascenso y emprendemos el descenso por la inclinada ladera con sumo cuidado
10,10h descendemos por la escotadura de la pared rocosa y continuamos descendiendo buscando un lugar a resguardo del viento para poder comer un poco
10.40h. En un recodo del camino donde no sopla el viento hacemos una pequeña parada para comer y reponer fuerzas.
Reanudando el descenso al cabo de un rato, pasamos por un largo nevero, continuando la marcha sin perder de vista Punta Custodia, a la cual ascenderemos después de dejar las mochilas en el Collado de goriz,
12h. Llegamos al Collado de Goriz o Collata de Arrablo, nos preparamos dejamos las mochilas y comenzamos la ascensión,
Que es bien sencilla todo recto para arriba
12,30h. Alcanzamos la cima de punta Custodia (2.519 m.) Es una cima totalmente olvidada a la hora de visitarla, aunque bastante fotografiada ya que está junto al camino de las tres Serols. Un gran hito en su cima es el único signo de que nos encontramos en una cumbre. Con sus 2.500 metros en cualquier otro sitio sería un objetivo apetecible, pero en esta zona de tres miles casi nadie sube a ella.
Permanecemos en la cumbre un buen rato que aprovechamos para sacar fotos y sobre todo, descansar después volver al Collado coger las mochilas y dirigirnos por sendero bien definido al refugio de Goriz, donde vagueamos un buen rato hasta la hora de la cena
A. Cuesta
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